miércoles, 22 de mayo de 2013

Rebelión a bordo

La escritora sonrió satisfecha, una frase más y la novela estaría terminada. “Y el barco se hundió en aquellos mares del Sur, entre arrecifes de coral”. Pero entonces, de repente, las palabras de caja baja se volvieron de caja alta, el interlineado y el interletrado empezaron a moverse, a subir y bajar, a acercarse y alejarse… el punto y final se convirtió en puntos suspensivos; y el punto y coma en exclamación. Ya no comandaba la nave,entendió la escritora, la tripulación se había amotinado. No se rendirían sin luchar.

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