domingo, 29 de septiembre de 2013

Paradoja

Muy diestro en el arte del amor, Don Juan era torpe jugando a las Damas. Comía una y contaba veinte.

viernes, 24 de mayo de 2013

La jaula de oro



El tribunal apreció cierta rigidez en su mirada. “El servicio tenía la noche libre. Mi esposo entró en el salón y me miró. Yo reconocí aquella mirada. Se acercó y permanecí inmóvil, paralizada. Me quitó el collar de perlas, me desnudó despacio y me condujo a la zona de la piscina. No dije ni hice nada. 'Venga, ahora hazlo, como me gusta'. Entonces me puse el collar del perro y entré en la jaula, como tantas otras veces. No lloré, no quise darle ese gusto, sabía que eso le hacía sentirse aún más poderoso”. Concluyó: “Yo sólo quería que todo aquello terminara”. Y el silencio invadió la sala.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Rebelión a bordo

La escritora sonrió satisfecha, una frase más y la novela estaría terminada. “Y el barco se hundió en aquellos mares del Sur, entre arrecifes de coral”. Pero entonces, de repente, las palabras de caja baja se volvieron de caja alta, el interlineado y el interletrado empezaron a moverse, a subir y bajar, a acercarse y alejarse… el punto y final se convirtió en puntos suspensivos; y el punto y coma en exclamación. Ya no comandaba la nave,entendió la escritora, la tripulación se había amotinado. No se rendirían sin luchar.

lunes, 20 de mayo de 2013

Multiculturalidad


Buenos Aires es una ciudad tan distinta a Madrid. Tiene un toque bohemio chic que me encanta. La gente es linda, aunque siempre hay algún que otro boludo que te dice alguna pavada porque sos española. Pero no me importa, ¡me vale!

Esta noche salgo con Sebastián. Un compañero de clase. “Che, venis conmigo a la fiesta de la universidad... va a estar re buena la joda”, propuso. El tipo es hermoso y muy buena onda, así que acepté. “¿Me recoges?”, le pregunté. Él se volteó y me lanzó una mirada pícara. “Bueno... si te re dejas”. A lo que respondí: “La verdad es que me re apetece”.

Pasado, presente y futuro


Tú siempre hablabas del futuro. “Haremos, iremos, veremos”. Y la realidad era que no teníamos presente. Por eso nunca “hicimos, fuimos ni vimos”.

Entre líneas


“¡Ay!”, suspiraba tiernamente Alicia cada vez que Pablo venía a comprar a la panadería familiar, donde ella solía arrimar el hombro después de clase. Pablo era mayor, estudiaba en la universidad. Ciencias políticas, tercer curso. Era enérgico y decidido ¡todo un líder! Y ¡tan guapo!, con sus gafas de pasta y su pelo ondulado, siempre despeinado... “¡Ay!”

Alicia lo había intentado todo para atraer su atención ¡Todo! ¡T-O-D-O! Había llenado las paredes del negocio con posters y pegatinas de un argentino barbudo con boina negra y traje militar, el mismo de las camisetas que vestía Pablo. También había comprado en el rastro algunos libros de unos señores que a ella le importaban un bledo, pero que Pablo solía mencionar como “grandes autores”. “Hija, esto parece biblioteca”, le decía su madre. Pero nada daba resultado. ¡N-A-D-A!

“Alicia, te llamas Alicia, ¿verdad?”. Por un segundo pensó morir, su corazón se aceleró y apenas alcanzó un tímido “sí” a abrirse paso entre sus cuerdas vocales. Entonces, Pablo le brindó una sonrisa y sacó algo de su bandolera. “Toma, para tí”. Su mano temblorosa tomó el obsequio y entonces pudo leer la portada: “Alicia en el país de las maravillas”. “¡Ay!”, suspiró.

sábado, 18 de mayo de 2013

Amor verdadero


—Cariño, ha sido maravilloso, y a ti ¿te ha gustado?— No lo dudó ni un minuto y respondió con vehemencia —¡Sí, me encantó!

Se besaron apasionadamente y se abrazaron. Ambos durmieron tranquilos: él, porque había encontrado el amor de su vida; ella, porque se había creído su propia mentira.

viernes, 17 de mayo de 2013

¡Buen provecho!


Tic tac tic tac. El camarero llegó con el besugo fresco en la bandeja, preguntando si el señor estaba conforme. Ella miró al pobre pez y pensó que hubiese preferido omitir tal presentación, pues no suele ser agradable confraternizar con la comida. El señor y el camarero definieron la forma en la que el pez debía ser cocinado: al horno, con patatas y con un chorrito de aceite de oliva. Tic tac tic tac.


El sol lucía espléndido y el azul del cielo se confundía en el horizonte con el agua del mar, cuando el camarero sirvió finalmente el almuerzo. Tic tac tic tac. No sin  antes disculparse por la demora. Tic tac tic tac. Pero ustedes entenderán que el plato en cuestión no estaba en la carta.

El señor asintió satisfecho y los dos comensales procedieron a probar el manjar. Tic tac tic tac. Tiempo después, ella entendió que aquel día, en aquella mesa, había presente otro besugo además del que se había cocinado en el horno. Tic tac tic tac.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Fumadora pasiva


Aún recuerdo aquellas tardes, que se nos hacían madrugadas, en la plaza al lado de mi casa... Una, dos, tres de la mañana. Yo moría de sueño sentada en aquel banco, pero trataba de no bostezar para que no confundieses cansancio con indiferencia o aburrimiento.

Nos veíamos a eso de las siete o las ocho. Tú llegabas sonriente, con paso ligero y cigarro en mano. Fumar siempre me había parecido un vicio horrible, pero rápido me acostumbré a tus besos “nicotinados”.

“Señorita, aquí tiene sus parches de nicotina”. La voz del farmacéutico me devuelve a la realidad. “Qué bueno que haya decidido dejar de fumar”.

jueves, 11 de abril de 2013

¿Quién mordió la manzana?



"Ser mujer es fascinante, constituye una aventura que requiere considerable valentía, un desafío que nunca llega a aburrir"

Oriana Fallaci

 Periodista y escritora italiana






Las plateadas manzanas de la luna


Adán y Eva en el paraíso
El mito judeocristiano de formación de los humanos señala que Eva surge de una costilla de Adán. Esta versión es ya interesada, porque cabe otra interpretación que ofrecen los relatos hebreos, donde Adán y Eva habrían sido fabricados por su creador al mismo tiempo. Sin embargo, ambas historias tienen algo en común: el fabricante de la humanidad era un macho.

La mujer así, retomando la versión cosmogónica imperante, fue hecha a semejanza del varón y no a semejanza del fabricante; cualidad que sí tendrían el hombre, que fue hecho en primer lugar y a similitud de su padre, el autor. Según los custodios de la fe judeocristiana, el hombre fue “creado”, en tanto la mujer sólo “formada”.